Muchos de los sistemas prodeltaicos de la región mediterránea presentan diferencias significantes en relación con los grandes deltas, ya que su régimen hidrológico característico y la fisiografía del margen abrupto hacen que se ejerza un alto control en la distribución de la pendiente y en el régimen hidrológico del cauce fluvial. El clima mediterráneo está marcado por una fuerte aridez, lo cual influye en el modelo de descarga fluvial, la cual muestra un régimen torrencial y una alta estacionalidad. A su vez, lo abrupto del dominio continental hace que los cauces fluviales sean cortos, efímeros y episódicos. Esto queda reflejado en la morfología submarina y en la distribución regional de los sedimentos marinos de las zonas de desembocadura y áreas adyacentes. En definitiva, estas características pueden también influir en el transporte de sedimentos en dominios más profundos.
La dirección del oleaje en la plataforma continental presenta dos direcciones dominantes: de poniente y de levante principalmente. Estas direcciones están en relación directa con la de los vientos de la zona, una alternancia entre vientos de levante, persistentes y con velocidades de hasta 50 km/h, y vientos de poniente, menos constantes y con velocidades que varían entre 15 y 25 km/h (Parrilla y Kinder, 1987). La deriva continental es altamente variable, como consecuencia de la influencia de los diferentes trenes de olas y por las modificaciones de la corriente en la plataforma continental.
La plataforma continental donde vierten sus depósitos los ríos de Andalucía oriental es, generalmente, estrecha, con una pendiente relativamente alta, y con el borde de la plataforma situado entre los 100±30 m (Ercilla y Alonso, 1996). La sedimentación actual es mayoritariamente siliciclástica y se encuentra concentrada en las proximidades de las desembocaduras fluviales.
Los sistemas prodeltaicos pueden ser trampas de sedimentos no sólo de fuentes continentales, sino también de fuentes oceánicas. Así, el establecimiento de modelos deposicionales puede ser usado para evaluar la importancia relativa de las fluctuaciones de aporte sedimentario en relación con los procesos de transporte de sedimentos (Cattaneo et al., 2003). Los principales controles resultan de la interacción entre la descarga fluvial y la energía de la cuenca (tormentas, oleaje y corrientes en la plataforma). El dominio fluvial durante los eventos de inundación produce fases rápidas de crecimiento y de descargas de sedimento y favorece el desarrollo del delta (Rodríguez et al., 2000).
Los abanicos sedimentarios que se forman en las desembocaduras de los ríos de Andalucía Oriental presentan una suave pendiente hasta los 15-25 m donde cambia bruscamente a una superficie de pendiente mayor, para posteriormente, volver a disminuir su pendiente. El punto de cambio de pendiente proximal es conocido como “offlap break” y coincide con el punto hasta donde afecta el oleaje en periodo de tormentas. En general, los abanicos presentan forma de cuña progradante hacia el mar, y dicha morfología sugiere una rápida progradación durante el intervalo de formación y una pobre diferenciación de los ambientes sedimentarios. El estudio de los abanicos con nuevas tecnologías acústicas, como la ecosonda multihaz, nos ha permitido conocer que gran parte de la extensión de los abanicos está afectada por ondulaciones de la superficie del fondo del mar (Fernández-Salas et al., en prensa), que indician la dominancia de procesos gravitacionales. A su vez, estos procesos gravitacionales están en relación con las descargas fluviales muy energéticas y episódicas las cuales descargan gran cantidad de materiales groseros. La existencia de canales en el borde de la plataforma y en los mismos abanicos, indican la existencia de flujos de transporte de sedimentos transversales a la plataforma continental (Lobo et al., 2007).
La dirección del oleaje en la plataforma continental presenta dos direcciones dominantes: de poniente y de levante principalmente. Estas direcciones están en relación directa con la de los vientos de la zona, una alternancia entre vientos de levante, persistentes y con velocidades de hasta 50 km/h, y vientos de poniente, menos constantes y con velocidades que varían entre 15 y 25 km/h (Parrilla y Kinder, 1987). La deriva continental es altamente variable, como consecuencia de la influencia de los diferentes trenes de olas y por las modificaciones de la corriente en la plataforma continental.
La plataforma continental donde vierten sus depósitos los ríos de Andalucía oriental es, generalmente, estrecha, con una pendiente relativamente alta, y con el borde de la plataforma situado entre los 100±30 m (Ercilla y Alonso, 1996). La sedimentación actual es mayoritariamente siliciclástica y se encuentra concentrada en las proximidades de las desembocaduras fluviales.
Los sistemas prodeltaicos pueden ser trampas de sedimentos no sólo de fuentes continentales, sino también de fuentes oceánicas. Así, el establecimiento de modelos deposicionales puede ser usado para evaluar la importancia relativa de las fluctuaciones de aporte sedimentario en relación con los procesos de transporte de sedimentos (Cattaneo et al., 2003). Los principales controles resultan de la interacción entre la descarga fluvial y la energía de la cuenca (tormentas, oleaje y corrientes en la plataforma). El dominio fluvial durante los eventos de inundación produce fases rápidas de crecimiento y de descargas de sedimento y favorece el desarrollo del delta (Rodríguez et al., 2000).
Los abanicos sedimentarios que se forman en las desembocaduras de los ríos de Andalucía Oriental presentan una suave pendiente hasta los 15-25 m donde cambia bruscamente a una superficie de pendiente mayor, para posteriormente, volver a disminuir su pendiente. El punto de cambio de pendiente proximal es conocido como “offlap break” y coincide con el punto hasta donde afecta el oleaje en periodo de tormentas. En general, los abanicos presentan forma de cuña progradante hacia el mar, y dicha morfología sugiere una rápida progradación durante el intervalo de formación y una pobre diferenciación de los ambientes sedimentarios. El estudio de los abanicos con nuevas tecnologías acústicas, como la ecosonda multihaz, nos ha permitido conocer que gran parte de la extensión de los abanicos está afectada por ondulaciones de la superficie del fondo del mar (Fernández-Salas et al., en prensa), que indician la dominancia de procesos gravitacionales. A su vez, estos procesos gravitacionales están en relación con las descargas fluviales muy energéticas y episódicas las cuales descargan gran cantidad de materiales groseros. La existencia de canales en el borde de la plataforma y en los mismos abanicos, indican la existencia de flujos de transporte de sedimentos transversales a la plataforma continental (Lobo et al., 2007).
Así, se concluye que existen dos principales mecanismos de transporte sedimentario uno transversal hacia la cuenca, y otro longitudinal, gobernado por las corrientes en la plataforma continental.